Este florero blanco de 25 x 7,5 cm combina líneas puras y acabado cerámico mate, aportando elegancia y serenidad a cualquier espacio. Su forma esbelta lo hace perfecto para realzar flores de tallo largo, ramas secas o incluso lucirlo solo como pieza escultórica.
El blanco mate, además de atemporal, potencia la luz y se integra sin esfuerzo en composiciones sobre mesas auxiliares, consolas o estantes flotantes. Es ideal para quienes buscan un acento decorativo sutil pero con presencia.
Recomendación de ambientación:
Funciona muy bien en interiores de estilo nórdico, minimalista o costero. Sobre madera natural, mármol o cemento alisado, crea contraste y equilibrio visual.
