Este cuadro evoca la calma y la belleza serena de los pueblos pintados en blanco y su cultura, representando una silla blanca solitaria en un entorno de simplicidad.
Su base en arpillera de yute aporta textura orgánica, mientras que las líneas delicadas de la figura generan una composición íntima y evocadora.Con unas medidas de 63 cm de ancho y 73 cm de alto, su formato vertical y la ausencia de vidrio realzan su carácter táctil y auténtico. Está diseñado para instalarse sobre vajilleros,, rack de teles, espacios de paso donde se busque sumar calidez visual sin perder serenidad.
Ideal para combinar con nuestras piezas cerámicas en tonos neutros, como la Vasija Ciltra blanca, o con texturas auténticas, como bandejas de seagrass o fanales Dijon, para crear escenas cohesionadas que transmiten historia, forma y equilibrio.