Inspirado en la belleza natural y el contraste de las rayas de una cebra, este cuadro combina un fondo blanco luminoso con rayas negras paralelas que evocan movimiento y dinamismo. Su diseño orgánico y a la vez gráfico aporta un toque sofisticado y moderno, ideal para quienes buscan un arte con identidad y presencia.
La textura visual de las rayas da vida y carácter a los espacios, creando un punto focal elegante que armoniza con estilos desde el minimalismo hasta el boho contemporáneo.
Ubícalo sobre una pared clara en un living o comedor amplio para maximizar su impacto visual. Combínalo con mobiliario de líneas simples, tejidos naturales y acentos en negro o madera oscura para lograr un equilibrio cálido y estilizado.